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El domingo me quedé escribiendo a la noche y publiqué mis impulsos en el post (me comprometo a buscar un sinónimo más castellano de este vocablo casi indispensable) anterior.
Hoy, cuando volví de la facultad, mientras cocinaba quise ver algo de tele , especificamente 6 7 8 ... como Kishner (como dicen las viejas) se ve que se confundió con el viento y la lluvia de anoche, cambió de lado la budinera con la percha y el 7 no se veía...entonces puse el canal del colorado pintón ( america tv ) que se veía genial...allí me encontré con una covertura de los pormenores de la cena de beneficencia de la dama Mirtha Legrand en donde oh! sorpresa para mi! el funcionario público de cuello juvenilmente tatuado se encontraba haciendo la buena acción del día, que al parecer por su magnitud lo dipensa de ir a trabajar o ayudar a cruzar la calle a algun ciegito delante de las cámaras por los proximos 20 días.
Creo que todo lo que ví es a lo que me refería la otra noche con tanto desprecio, esas mujeres siendo buenas con los monitos de no sé que carajo de hospital, enbutidas en esos vestidos millonarios, mostrando, ostentando su poder, su plata y su bondad, en donde nada importa el nene que está internado. Importa que son buenos, buenos y buenos! Y que hasta son tan buenos que no les importa dar una limosna a un nene pobre y feo!
Me repugna y no quiero ser así ni en la más mínima cosa. Creo que esta crítica debe servir ( o por lo menos servirme ) para estar atenta y no plantarme en esa postura aún salvando las distancias, hay veces en las que es necesario monitorearse y ver con que cabeza uno hace lo quehace por más positiva que parezca la acción en sí, desde que lugar uno da una mano o no, y fundamentalmente no mentirse, ser sinceros con nosotros mismos, decirnos aún lo más horrible de escuchar para poder modificarlo realmente y no adoptar una postura externa que no nos conduce realmente a nada.