Ya en Bolivia en la ciudad de Uyuni, ver el FF.CC. y la feria me transportó a mi casa.
No fui al salar, a pesar de que ese es al parecer el gran atractivo del lugar...me fui a caminar por ahí.
La segunda tarde me acompañó Oki, seguimos la vía del tren y entramos a la estación por los talleres. Cuando ya estábamos en la zona del andén nos recibió el policía que estaba de turno, a pesar de todos los prejuicios que mi compa y yo tenemos nos pusimos a charlar: Un pibe joven, de nombre que no recuerdo pero simple como Juan o José o tal vez Jorge, estudiante de Leyes.
Nos habló de las limitaciones en la militancia que le imponen por ser policía, no puede agremiarse ni pertenecer a ningún partido político. Nos dijo que como fuerza responden a su jefe, y éste al estado, pero más allá de la inclinación hacia el gobierno no pueden demostrar preferencias de forma pública, no les corresponde.
Nos contó que entonces milita en el ámbito universitario.
Hablamos de leyes, Bolivia en tema de legislación creció mucho en los últimos años, cosas que se me ocurren fundamentales por lo menos en lo formal, allá son recientes: leyes que penen la discriminación, leyes de protección a la víctima de violación sexual, leyes que permitan a la mujer exigir al hombre el reconocimiento de su hijo (antes de esto, la mujer y el niño no tenían protección y podían ser negados por el padre sin problema ni condena social).
Hablamos mucho sobre discriminación y la conquista de derechos por parte de la mujer, la inclusión en nuevos roles...pero cuando nos estábamos yendo nos dijo algo que no esperábamos: el día anterior con la llegada del tren desde Villazón (en ese estábamos nosotros) unas turistas chilenas le habían dicho que un hombre vestido de azúl les había robado. Él encontró a un hombre y les preguntó si era él, las turistas dudaron pero le exigían que igualmente lo detuviera o al menos lo revisara. "Pero yo no puedo hacer eso. Es violencia policial, estaría avasallando los derechos del ciudadano. Así que les dije que no...se fueron insultándome." Finalmente el robo había sido intento, y tampoco al interior de la estación de trenes...
Salimos desencajados, fuera de lugar. Nosotros, incapaces de dirigirle la palabra a un cana por más de dos minutos, viendo en todos la violencia extrema, la represión, desconfiando con razón de sus superiores. Estábamos en otro mundo, con policías nuevos con otra formación desde la propia institución, que llevan en su brazo la Whipala y la bandera de Bolivia unidas...
El viaje fue largo, así que voy contando por partes...
1 comentario:
Te sigo en el viaje...
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