"La Historia es una casa de muchas habitaciones." Fernand Braudel.

"La Historia es una casa de muchas habitaciones." Fernand Braudel.

Y mi corazón está en el sur del sur, con tizne negro, en la cancha, en el bondi, en el chori, en la fiesta en la calle, en la murga, en el tambor, en la bandera, en mi doble ciudad...y en el camino, en el tren, en la frontera parada sobre la línea, en el andén, conectando dos mundos iguales pero disímiles.

La Plata - Ringuelet - Gonnet - City Bell - V.Elisa - Pereyra - Hudson - Plátanos - Berazategui - Ezpeleta - Quilmes - Bernal - Don Bosco - Wilde - V.Domínico - Sarandí - Avellaneda (combinación) Gerli - Lanús

Arraigo


No quiero cruzar la frontera, es más quiero retroceder al corazón de mi tierra. No quiero que vengas, ni quiero saludarte desde el límite de mi mundo contiguo al tuyo. Mejor así.Mejor distancia, y no me conquistes. Ni el corazón, ni el cuerpo. No vengas a vencerme, ni vencido.No quiero pasar la frontera aunque me aceptes, no me importa cuanto más me parezco a vos que a los de adentro. Yo no soy de tu mundo, no es ésta mi pertenencia.
Demasiado lanusense para La Plata, demasiado platense para Lanús.Haciendo equilibrio sobre la línea de frontera, mi verdadera identidad camina bien.
Y si bajo de mi tren camino por el torcido diagonal hasta el lugar que más se parece a mi tierra andante. Otra vez en la frontera cayendo del cuadrado, ni un lugar ni otro.Siempre en un tercer lugar, pero nunca neutral.

martes, 4 de enero de 2011

Eficacia

Desde chica llevé una lista mental de todas esas cosas que nunca me iban a pasar, cosas como mujer que jamás podrían sucederme porque yo no era Andrea del Boca ni nada similar. A mi no me podía pasar, porque simplemente yo no estaba siendo criada para eso. ¿Sumisa? ¿Aplastada? ¿Víctima de algún machista? Imposible, para mi reservadas las grandes relaciones que yo podía construir con mi ejercitado cerebro pre feminista de una nena de 10 años. Simplemente eso, así de fácil, a mi no me podía pasar porque yo no estaba en una telenovela de las tres de la tarde, porque yo siempre iba a tener la inteligencia y la fuerza necesarias para no dejar que me pisen la cabeza.
Porque mis padres me educaban para eso, porque yo no vi a mi vieja sufrir a un marido bestia, porque mi viejo jamás fue un detestable macho, porque la palabra y el ejemplo y miles de razones más...
Pero la cultura es mucho, es demasiado, se escurre por los dedos de los padres más ocupados. Va por la calle, entra en la escuela, se viste de compañeritos de grado, después de maestra, más tarde de televisor, de abuela, de primo, de silencio, de grito y por último se viste del afortunado al que le das bola. Ese que además trae todo su mundo.
Y así campantemente te moldea, te seduce, te convence a que tomes un somnifero. Y ahí vas, adormecida de confianza que roza la idiotez, y te sentás a ver como en realidad no entendés ni tu propia cabeza. No entendés nada.
Y cuando lográs parar la maquina infernal que fagocita lo mejor de vos te das cuenta de que ya no sabes nada. Mil preguntas autoincriminatorias, porque como si no fuera suficiente seguís en la misma rueda, razonando igual que antes, te tirás la culpa a vos ¿Cómo no lo evité?...Y así vas, otra vez queriendo encontrar el punto exacto en donde nadie te pise, pensando en voz alta, en texto publicado, para desembaruyar las neuronas. Esas células particulares a las que decidiste atribuirles tanto valor y tanto poder, pero que te dejaron en banda.
Quiero construirme un par de antenas para recuperar mi atención.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Iliria, te podés considerar una
mujer afortunada con libre albedrío
que no es poco.

Que tengas un excelente 2011, un
fuerte apretón de manos con todo
cariño. Roberto, el que siempre se
da una vuelta por tu blog y no se
olvida que fuistes mi primera
seguidora.

Desocupado mental en la era del blog dijo...

¡Suerte con tu construcción de antenas! Leí tu cita de Braudel.. muy groso ese tipo. Me permito recomendarte un librazo de Orlando Figues (un historiador inglés, creo) llamado "Los que susurran" (trata sobre la "vida privada" del pueblo soviético durante el régimen de Salin). A vos que estudiás historia te va a re copar... es un groso. De lo mejor que leí luego de "El queso y los gusanos" de Carlo Ginzburg.

Iliria dijo...

Muchas gracias Roberto, feliz año para vos también...hace mucho ya que nos leemos es rarisimo ese diálogo pero profundo como pocos.


Diálogos voy a buscar el libro, muchas gracias, si es comparabe con Ginzburg quiero leerlo porque "El queso y los gusanos" me parece una obra genial aunque no es lo que más me interesa la micro-historia, el tipo es re interesante.