"La Historia es una casa de muchas habitaciones." Fernand Braudel.

"La Historia es una casa de muchas habitaciones." Fernand Braudel.

Y mi corazón está en el sur del sur, con tizne negro, en la cancha, en el bondi, en el chori, en la fiesta en la calle, en la murga, en el tambor, en la bandera, en mi doble ciudad...y en el camino, en el tren, en la frontera parada sobre la línea, en el andén, conectando dos mundos iguales pero disímiles.

La Plata - Ringuelet - Gonnet - City Bell - V.Elisa - Pereyra - Hudson - Plátanos - Berazategui - Ezpeleta - Quilmes - Bernal - Don Bosco - Wilde - V.Domínico - Sarandí - Avellaneda (combinación) Gerli - Lanús

Arraigo


No quiero cruzar la frontera, es más quiero retroceder al corazón de mi tierra. No quiero que vengas, ni quiero saludarte desde el límite de mi mundo contiguo al tuyo. Mejor así.Mejor distancia, y no me conquistes. Ni el corazón, ni el cuerpo. No vengas a vencerme, ni vencido.No quiero pasar la frontera aunque me aceptes, no me importa cuanto más me parezco a vos que a los de adentro. Yo no soy de tu mundo, no es ésta mi pertenencia.
Demasiado lanusense para La Plata, demasiado platense para Lanús.Haciendo equilibrio sobre la línea de frontera, mi verdadera identidad camina bien.
Y si bajo de mi tren camino por el torcido diagonal hasta el lugar que más se parece a mi tierra andante. Otra vez en la frontera cayendo del cuadrado, ni un lugar ni otro.Siempre en un tercer lugar, pero nunca neutral.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Cuando era chica mi vieja me llevaba a la plaza. A veces a las hamacas, otras veces a las marchas. Era chica enserio, y saltaba porque ella me enseñaba a saltar, porque no eramos milicos. Para mi en ese momento ser militar era una extraña mezcla entre los granaderos y el príncipe de cenicienta con las medallitas, príncipe que todavía creía perfecto, deseable y posible.
Más tarde como a los ocho entendí que los milicos no eran héroes nacionales, no usaban espada y nada tenían en común con las luchas por la independencia. A los diez vi los caballos atropellar a la gente en la plaza, vi a los milicos salir y conocí lo que era un cana.
Salté y salté. A los doce sentía que jamás iba a haber juicio, la impunidad parecía una constante interminable.
A los trece me sorprendí, tanto grito tenía eco. Pero no un eco absurdo.
Hoy creo que salgo a la plaza por eso. Y también porque hay derechos que faltan.
Los que me conocen saben que no soy muy patriótica y en el fondo tengo miles de críticas al sistema democrático burgués, pero también saben que entre tanto que denunciar hay mucho que festejar...

1 comentario:

roberto dijo...

Iliria, festejemos éste maravilloso momento, donde empiezan a caer muchas caretas aunque no llegó el carnaval. Tengo la esperanza que de a poco se irá recomponiendo lo que falta.

Un fuerte abrazo, felices fiestas y felices todos los días de tu vida, siempre te tengo presente, fuistes y serás siempre mi primera seguidora.