
Prendí el televisor olvidada de un detalle de la realidad que ese mismo mediodía de ayer mi viejo me había comentado: en el estadio único de la plata un tal Dante se presentó, en una multitudinaria reunión de jóvenes. Dante, "el motivador" me dijo extrañado. El dato lo obtuvimos por medio de una fiel evangelista oriunda de otros pagos que pensaba tomar el Roca para asistir a un evento al parecer importante.
Canal 9 trasmitió en la tarde del domingo el acto ideológico. Estaba Dante Gebel, una mujer que lo acompaña, Montaner que le canta a dios, el amor y lo buenísimo que es se un creyente (no se sabe con exactitud de qué), y el actual Gobernador de la Provincia de Buenos Aires (ahora devenido en hermano) Daniel Scioli y su esposa Karina.
Sin salir de mi asombro escuche las palabras de el motivador (extraña forma de autoproclamarse) hacia Scioli, y lo vi ingresar al escenario. No soporté más y apagué el aparato.
Ya hace un tiempo que estar viviendo esta época preelectoral, ahora extendida por las primarias, me está incomodando. No se trata obviamente de una molestia por la discusión política, si no más bien de una irritación ante la falta de ésta. Si bien estos últimos gobiernos, es decir el Kirchnerismo, impulsaron y reabrieron el debate siento que la época de campaña política lo cierra a un discurso de las camisas y los colores más relacionados con el marketing y el consumo capitalista que con el intercambio de ideas, explicitación de proyectos y lucha de hegemonía.
Lamentable es la impresión que me genera la reiteración de spots publicitarios, afiches, y frases hechas que proliferan desde todos los ángulos políticos. Los siento vacíos y siento como vacían de contenido la instancia electoral. De la cual a su vez cabe aclarar que no tengo una visión muy romántica.
Durante estos años de florecimiento político (me refiero al personal, porque la situación nacional y la adquisición de más años por mi parte fueron parejos) había logrado formarme una visión más benévola sobre el sistema electoral, la existencia del Estado, y demás. Apartando de mi mis arranques más anarcos busqué matizar mis análisis, en parte para poder seguir viviendo, y en gran medida debido al gobierno de Nestor y luego el de Cristina.
Entiendo que si bien no dejan de ser una expresión política burguesa, que sostiene el sistema capitalista y se/lo legitima a través de un sistema político que no permite una real elección, fueron los mejores gobiernos que pudieron ser dentro de este marco...y en cierta medida si bien participan de la misma jaula se encuentran bastante en el límite (a veces) empujando las paredes flexibles.
Pero esta época de colores y frases pseudo religiosas que apelan a un sentimiento totalmente irracional e infundado como el "creer"(que además no se sitúan claramente bajo ningún color religioso), me enfurece.
Me enoja, pero no sólo lo percibo en esta fuerza política...me enojan esas camisas mil veces pensadas por un asesor de imagen (???), ya me resulta irritante la existencia de semejante ser...cuando la política se vuelve frase hecha se vacía, vierte su contenido en la nada, se niega a sí misma.
Del color político como metáfora de ideología, perdimos mucho en el camino, y llegamos a color literal del partido. Y como trasfondo (por fortuna) se discuten posicionamientos y proyectos.
La pregunta para mi es, ¿Por qué se diluye el contenido y se lo entrega mal digerido al electorado?¿Qué ganancia tiene entregarnos una mala síntesis al mejor estilo show de una puja entre proyectos?...de algunos partido que se enuncian apolíticos me resulta totalmente evidente la respuesta, pero ¿Por qué si se arribó a un debate interesante que prometía mayor complejidad a futuro se retrocede de esta forma?.
¿Qué piensan Altamira y Castillo cuando ven sus publicidades que retoman claramente la lógica del Chapulín Colorado? ("Oh! y ahora ¿quién podrá ayudarnos? -Yo, el Chapulín Colorado")
¿Qué busca el hermano Scioli con invitarnos tan efusibamente a creer no se sabe en qué?, ¿Y cuando usa la canción de Montaner proponiéndonos ser unos boludos alegres que creen en dios, el amor, en vos, en mi y en ti? Por fortuna la presidenta se abstiene de hacer este tipo de cosas, pero a su vez participa del mismo espacio partidario...y eso no sé si puedo digerirlo.
De seguir con esta sensación no creo que vaya a votar en las elecciones, me veo menos moderada ultimamente pero reconozco que me siento incómoda, defraudada, me juzgo ilusa y no me complace para nada este nuevo mapa.