Siento que no la pifié, que no me confundí. No, estaba más centrada que nunca. Estaban ahí apoyando lo que apoyo una vez más, coicidíamos, ¿o eramos los mismos? Me encantó encontrarme con esa juventud crispadamente perdida, me encanta darme cuenta de lo valioso que es este proyecto.
No hablo de la economía, del desarrollo sustentable, del modelo objetivo de país (absolutamente necesario). Me refiero al modelo subjetivo, el que visibiliza. El que reconoce la existencia.
Esa es la lucha, la de los medios de comunicación y su ley K, la de los pueblos originarios, la de los negros que vamos a la plaza, la de la inclusión de más chicos al mundo escolar para que así todos podamos decir que no nos gusta ir a la primaria y festejar los feriados, la de las parejas y su ley de matrimonio igualitariamente K, es una lucha de construcción.
Estamos todo el tiempor abriendo caminos para construir subjetividades en un marco más libre, todo lo libre que podemos ser dentro del sistema capitalista, con la mejor democracia burguesa que podemos tener, pero mejor que nunca. Y lo que aún más me alienta es pensar que esto no es el punto máximo, si no sólo el comienzo.
1 comentario:
Vamos por más, los pitucos no podrán
contra el verdadero pueblo, no el
virtual de legrand, giménez, m.solá,
grondona, majul, y sigue la lista.
Saludos!
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